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Marga Servera es una mujer realizada al conseguir su sueño. Nos lo cuenta en esta cápsula informativa sobre cómo adoptar teniendo FQ.
¿Cuándo es el momento de adoptar?
Marga y su marido deciden iniciar los trámites en 2015, cuando ella, a sus 39 años, siente que está preparada para ser madre. La estabilidad familiar y económica también fueron factores decisivos para lanzarse a por su sueño.
Pasos iniciales en el proceso de adopción
En la primera visita al Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS), les dijeron toda la documentación que debían presentar para acreditar su situación económica y, sobre todo, informes médicos que avalaran la pertinencia de que ella, con Fibrosis Quística, estaba en situación de adoptar.
¿Supuso un problema tener Fibrosis Quística?
Marga nos explica cómo durante los primeros años del proceso de adopción, con los informes médicos presentados, la Fibrosis Quística no supuso ningún impedimento para el comité de adopciones a la hora de continuar en la lista de espera y realizar los cursos que estaban previstos. Desde el inicio del proceso, cada año y medio renovaron toda la documentación como cualquier otra pareja.
Una llamada esperanzadora… o no.
El año 2020 fue un año crítico para Marga y su marido. Tras la renovación de la documentación, en una videoconferencia les dicen que deben acudir al IMAS para una reunión presencial, despertando las ilusiones de la pareja al pensar que les podrían dar la tan esperada noticia. Nada más lejos de la realidad. Le dicen a Marga que su salud no es buena, que su esperanza de vida es corta por la edad que tiene y que tendría que haber empezado el proceso de adopción mucho antes, por lo que el proceso de adopción se terminaba en ese momento.
Una mala interpretación del informe médico
En esa llamada se les comenta que, a partir de su caso, se plantean que ninguna mujer con Fibrosis Quística pueda iniciar el proceso de adopción, por lo que la Asociación se pone a trabajar para revertir una decisión errónea basada en el desconocimiento.
El error parte de que nadie puede afirmar que una persona morirá a una determinada edad. Decir que porque la esperanza de vida de una persona con Fibrosis Quística está en 50 años, a Marga le quedaban 7 años de vida es algo que no podíamos consentir.
Nuestra alegación se basó en demostrar, no que no se moriría a los 50 años, porque tampoco lo sabemos, sino en demostrar que nadie puede decir a qué edad se morirá una persona. Esta era la base para que esta decisión no afectara a todo el colectivo de personas con Fibrosis Quística.
Vida normal con Fibrosis Quística
Marga tuvo que demostrar que llevaba una vida completamente normal, con las obligaciones que impone la Fibrosis Quística, pero haciendo las cosas que hace el resto de la gente. Eso significó tener que demostrar que trabajaba en casa por la normativa Covid vigente y no por tener Fibrosis Quística. Tuvo que demostrar que iba a hacer la compra o visitar a sus familiares con los movimientos de su tarjeta o fotos en casa de sus sobrinos.
Menos es más
En un proceso de adopción, la información que aparece en el informe médico es crucial. Las personas que forman parte del comité, probablemente, no conocen la Fibrosis Quística, por lo que cualquier detalle puede ser interpretado de una manera incorrecta. Tras leer el informe del médico, dedujimos que algunos datos que se facilitaban podían hacer que se mal interpretara la situación personal de Marga.
Está claro que la Fibrosis Quística es una enfermedad grave, pero, en estos casos, el informe debe reflejar la situación personal de esa persona en concreto y no ofrecer datos genéricos de la enfermedad que puede no reflejen el estado físico y de salud de esa madre que pretende adoptar. Es decir, una información veraz, ajustada a los datos concretos de esa persona, breve y concisa ayuda mucho más que un informe con estadísticas generales en los que se habla de esperanza de vida y de datos de morbimortalidad.
La rectificación
Tras unas semanas de mucho trabajo de recopilación de información, de fotos, de justificantes de gastos en tiendas, de un informe médico de una sola página y ajustado a la realidad de Marga y de una gran defensa por parte de ella en la siguiente reunión, el comité reconoció su mala interpretación y rectificó su decisión de dejar fuera del proceso a Marga y a su marido.
La tan esperada llamada
Tras unos meses después de esa reunión, el IMAS les llama para darles la gran noticia. Les presentaron al que hoy ya es su hijo, la persona que ha llenado de felicidad su hogar.